#3
SEMANA
Pálido empiezo la traslación
e ungido por un imperio creciente
piso la luz.
Salgo a la calle ladrando,
con los colmillos por delante
e instigo la brutalidad y la furia
entre mis secuaces.
Embisto contra el mundo,
sin perder la lindura y la diplomacia,
hago brotar el trato
en medio de la velocidad y la incomprensión.
Impongo mi supremacía,
te llega mi pase como un relámpago
y me doblo.
Me doblo hasta tu espuma
y te bebo hasta la deshidratación.
Me arrebatas la ira, imperiosa.
El subconsciente me devora los ánimos
como un padre
tus anillos se estrechan con indulgencia
alrededor de mi cuerpo.
Me pisan las pezuñas y las zarpas
de tus caballos y leopardos,
yo te sigo amando como un Sol.
Pero lo nuestro se puso, como yo.
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