#4

Tengo en la garganta la luz,

la aurora de Saturno.

Tengo la cola erizada como un gato

y el instinto me lleva a los pasos elegidos:

el tiempo me crepita en la piel.


Subo las escaleras detrás de ti,

tu culo y las flores de cerámica

me llenan la boca,

me ahogo en palabras

hasta que me agitas las esperanzas y se rebasan

la abundancia y las ganas,

la abundancia, sobretodo.

Se me caen los versos de los labios

y el aire a mi alrededor se enfría...


Te voy a follar hasta que sientas los huesos;

los huesos en el mundo abierto,

tu tuétano dulce expuesto.

Ahora siéntelo.

Siéntelo

igual que mi sonrisa,

recién salida del inframundo,

mi sonrisa de Orfeo y mi luz inevitable

endulzándote la paciencia.


Siéntelo y fóllame otra vez.

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