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Mostrando entradas de septiembre, 2020

#6

 Estás como una cúpula, hecha de azulejos pintados, y no te has ido y ya te echo de menos. Me pesa el techo encima de mí, las sábanas que compartimos y las rayas de luz que se transparentan en ellas, en la colcha... cuando se esparza tu olor lo soportaré, o encontraré los puntales. Pasaré de carótida a cariátide -de cari idiota a tigre desbocado- igual que pasé del polvo rapidito al azúcar de tu café; del polvo al zumbido del 1.25...

#5

  Algún día con el Sol blanco dejaremos el rocío adecuado sobre las flores del mantel de tu mesa. Un día en el que la hondura de tus ojos no me cubra; en el que la punta de tu mirada no me arda y esos leggins negros te molesten más que mis palabras Ambos sabemos que será un día destemplado. Mientras tanto, déjame puesta la máscara y la coraza, -igual de puesto que me dejas- que yo solito me basto para hacerme añicos el conocimiento y recibir los guantazos de la alegría

#4

Tengo en la garganta la luz, la aurora de Saturno. Tengo la cola erizada como un gato y el instinto me lleva a los pasos elegidos: el tiempo me crepita en la piel. Subo las escaleras detrás de ti, tu culo y las flores de cerámica me llenan la boca, me ahogo en palabras hasta que me agitas las esperanzas y se rebasan la abundancia y las ganas, la abundancia, sobretodo. Se me caen los versos de los labios y el aire a mi alrededor se enfría... Te voy a follar hasta que sientas los huesos; los huesos en el mundo abierto, tu tuétano dulce expuesto. Ahora siéntelo. Siéntelo igual que mi sonrisa, recién salida del inframundo, mi sonrisa de Orfeo y mi luz inevitable endulzándote la paciencia. Siéntelo y fóllame otra vez.

#3

          SEMANA Pálido empiezo la traslación e ungido por un imperio creciente piso la luz. Salgo a la calle ladrando, con los colmillos por delante e instigo la brutalidad y la furia  entre mis secuaces. Embisto contra el mundo, sin perder la lindura y la diplomacia, hago brotar el trato en medio de la velocidad y la incomprensión. Impongo mi supremacía, te llega mi pase como un relámpago y me doblo. Me doblo hasta tu espuma y te bebo hasta la deshidratación. Me arrebatas la ira, imperiosa. El subconsciente me devora los ánimos como un padre tus anillos se estrechan con indulgencia alrededor de mi cuerpo. Me pisan las pezuñas y las zarpas de tus caballos y leopardos, yo te sigo amando como un Sol. Pero lo nuestro se puso, como yo. 

#2

 Tenía que arder hasta los cimientos, solo, volver a la ceniza que acumulo debajo y detrás de los ojos  ¿a qué estupidez no me habrá condenado la memoria? esta memoria absurda de entusiasmo imbécil. Delete, delete, delete, delete, delete solo existe hoy y ahora y quiero beber y follar  y después esnifar hasta dar vueltas de campana. Para qué carpe diem si solo quiero llevarte a la cama, robarte los iris. Pero para qué, si no te cabe mi lava ni detrás ni debajo de los ojos.

#1

Salí torcido. Sé que estoy solo porque quiero y por mi hermetismo, por poeta; que podría haber sido Marte apaciguado a tu costado, hasta apagarme. No obstante, salí involucrado hasta el borde de la obsesión y sé que mi corazón abierto no causa rechazo pero da vértigo. Ahora enciérrame fuera que yo ya no estoy pa´ esto. y cuando te hagan la antología que me pongan en una esquina, diles que fui tu Jeanne Duval, gatita, que me dejaste ser tu Sid y tu chamán. Enciérrame bien afuera que sabemos que hay llaves que no sirven y que hay puertas cerradas por un buen motivo, -bien afuera, en la intemperie- que soy demasiado buen ladrón  aunque no encuentre nunca lo que busco.